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Por: Alma Luz Quintero

Escribir sobre este tema resulta bastante complicado porque no faltara quien me pueda acusar de homofóbica o malinterprete estas líneas, sin embargo la reciente acusación de dos jugadoras mexicanas hacia el ex técnico nacional causó ruido en mi cabeza.

Bianca Sierra y Stephany Mayor son dos futbolistas que en la actualidad militan en el fútbol Islandia, en el 2015 formaron parte del conjunto nacional que participo en la eliminatoria rumbo al mundial de Canadá cuando aún estaba al frente Leonardo Cuellar, ahora técnico de la femenil del América.

Hace unos días en un reportaje para el New York Time, las chicas revelaron tener una relación amorosa desde el 2013 cosa que les provocó ser víctimas de diferente tipo de burlas y comentarios despreciativos.

La discriminación es aberrante en cualquiera de sus formas, exhibe la pobreza del ser humano provocando un retroceso en el ser pensante.

El hecho es que en el reportaje del ya mencionado diario, Stephany Mayor, acusó de forma directa a Leonardo Cuellar de reprimir su relación, hace 2 años durante la Copa Chipre, Cuellar las convocó a una reunión interna donde les dijo lo siguiente:

«A mí no me importa si son novias o no, pero no las quiero ver ahí agarradas de la mano o haciendo desfiguros»

La jugadora argumentó que de ser un futbolista varón no existiría ningún problema si este le demostrara su cariño a su pareja mujer con el uniforme puesto.

Aquí existen varias cuestiones a analizar, primero sería bueno escuchar al estratega, quien por el momento se ha negado hablar del asunto, para saber en qué contexto se los dijo.

No se trataba de una pareja común y no por el hecho de ser dos mujeres si no porque eran dos compañeras de un mismo equipo.

Existen empresas que  prohíben relaciones entre sus miembros así sean heterosexuales para evitar problemas de convivencia. Todo aquel que ha estado en cualquier tipo de noviazgo sabe los problemas que conlleva el mismo.

Quizás Cuellar solo quería guardar la disciplina y no interponerse en su amor el cual fuera de la concentración podía fluir de forma libre.

No se trata de cuestionar a Leonardo Cuellar si no de ver más allá antes de satanizarlo como un malvado ser homofóbico.

Pero nuestra sociedad es tan doble moral que a veces solo queremos escuchar una parte mostrando la postura moralista que mejor nos convenga aunque en nuestro día diario actuemos de manera contradictoria.

En los últimos tiempos la lucha contra la discriminación de género en el terreno deportivo ha estado más fuerte que nunca, las redes sociales son una poderosa arma para ello, sin embargo en algún punto del camino muchas han desviado.

Se trata de equidad no de superioridad, algunas mujeres quieren agarrarse de su condición de fémina para recibir una mayor atención o reconocimiento por su trabajo. A algunas les gusta victimizarse.

La misoginia existe eso no se puede negar pero la forma de pelear contra ella no es minimizando al hombre, es entendiendo que la equidad no significa ser superior tampoco inferior de hecho tampoco iguales si no que somos diferentes.