
Venados de Mazatlán, comenzó su actividad de pretemporada el pasado 5 de septiembre, con 31 jugadores en el terreno de juego listos para comenzar su preparación de cara a la temporada 21-22 de la Liga Arco Mexicana del Pacífico, al mando de Eddie Díaz.
Ramón «la pulpa» Ríos, fue de los primeros que llegó al campamento de los rojos para cumplir lo que será su tercera temporada enfundado en la franela de los astados.
“Contento de estar de regreso en Mazatlán, saludar a los compañeros, al nuevo staff que tenemos, nuevo mánager, siempre el primer día es motivante, uno se pone metas, el trabajo durante la temporada.
“Gracias a dios se hizo un temporada (en verano) en lo individual rescatable, no fue como yo quisiera con más oportunidades, se trabajó un poco, lo importante es que nunca se dejó de trabajar, estamos conscientes que el año pasado batallamos un poco, venimos de una mala temporada, pero desde ahorita nos ponemos metas y la meta es cambiar lo que paso el año pasado”, compartió el segunda base.
Asimismo, en el primer día de práctica estuvieron presentes también jugadores como Carlos Muñoz, Leo Germán, José del Palacio, Daniel Sánchez, Héctor Mora, Italo Mota y Sebastián Díaz.
Dentro de la lista de pítcheres tuvieron su primera práctica en territorio Venados Roberto Espinosa, Marco Rivas, Juan Noriega, Luis Heredia, Ferrol Heredia, entre otros.
En el día 2, el utility Oziel Flores y el jardinero José Luna se incorporaron al campamento.
“Me siento muy contento, agradecido con la organización que me ha dado esta oportunidad, contento, con la actitud de una nueva temporada y con ganas de ganar”, compartió Flores.
“Me siento en condición al 100 por ciento, recargado, motivado, listo para aportar y ayudar al equipo en cualquier área que me llamen para ir por esa décima corona, de mi parte voy a jugar muy duro, vamos a dar un juego fuerte y rápido”, agregó.
Por otro lado, el coach de pitcheo Sergio Valenzuela comentó que: “Se ha conformado una rotación abridora sólida con Mitch (Lively), (Casey) Harman, Édgar Torres, (Francisco) Ríos e Ignacio Marrujo, tenemos una rotación buena e
interesante, en el bullpen estamos profundos y al parecer viene un extranjero con estafeta de cerrador, estamos no confiados, pero sí tranquilos de que se hará el trabajo».
Para el tercer día, fue Mikell Granberry, catcher originario de Mexicali, la novedad en la pretemporada de los Venados.
“Primero que nada (estoy) agradecido por la oportunidad que se me está presentando de estar en el puerto, con Venados, feliz y preparado de estar desde el inicio, listo para dar el cien por ciento”, dijo.
“Personalmente me siento bien, pero con un sabor medio amargo, quería llegar hasta el final, pero no se pudo y se hizo una buena pelea, era un equipo que se decía no iba a llegar lejos y llegamos a playoff”, señaló.
En el 4to día de pretemporada, los de la «perla del Pacífico» integraron al jardinero José Augusto Figueroa, para continuar armando su bateo, después de su participación en el beisbol de verano.
“Estoy muy feliz, agradecido con Dios y con la oportunidad de volverme a vestir de Venado este año, ya estamos aquí y a prepararnos a lo que viene, que promete ser una buena temporada personal, para mis compañeros y el club, tratar de lograr el campeonato.
“Vamos a buscar hacer ajustes en el bateo, Veracruz era un campo chico, de bateo largo, ahora hay que tratar de regar la bola y hacer contactos”, explicó.
Por su parte, Héctor Mora, parador en corto veracruzano, que vio acción la pasada temporada con los rojos, siendo su debut en las paradas cortas y donde dejó un gran sabor de boca tanto a la directiva, como a la afición, comentó que llega al equipo con una gran responsabilidad.
“Vengo con una gran responsabilidad en el fildeo, en short spot, tuve una buena temporada en verano y me siento bien preparado para el compromiso.
“Me siento con la confianza, he trabajo para llegar hasta aquí, entonces creo que igual tiene que ver mucho lo es el equipo”, agregó el también nombrado «niño maravilla».
Durante el verano Mora vio acción en 60 juegos, donde logró un promedio de bateo de .251.
“Una gran ventaja de haber estado ahí (mi casa), que El Águila me haya dado la oportunidad de jugar, al inicio hubo un poco de presión, pero se fueron dando las cosas gracias a Dios”, finalizó.