«Más allá del deporte».
Hoy: «El deporte y sus formas de empoderarme»
Como ya la mayoría de las personas que me conocen saben, padezco de depresión y de ansiedad desde el día que vi como asesinaban a una persona en el frente de mi casa y su auto quedaba incrustado en la fachada de mi casa. La ansiedad se mega complicó en pandemia, cuando denunciamos a un vecino por agresiones verbales en la CEJAV y cuando empezó a ejercer violencia psicológica y de género en mi contra y en contra de mi mamá y una de mis hermanas.
Todo esto, aunado a que vivo en una colonia popular, donde los asaltos, la venta de drogas y los vecinos RUIDOSOS Y AGRESIVOS están a la orden del día y nadie ni nada puede poner un alto vs ellos. Uno vive en una colonia donde es ley de nadie y cada quien tiene que sobrevivir por cuenta propia.
En el año 2021, en el mes de julio-agosto, estuve internada 15 días en un hospital de salud mental, pues la depresión, pero sobre todo la ansiedad del ruido y las agresiones a las que soy sujeta desde hace dos años, hicieron merma en mi autoestima. Tuve ideas y pensamientos suicidas y a la fecha, los sigo teniendo. Pero vamos a enfocarnos en lo bueno.
Justo un mes después de haber salido del hospital, un amigo, mi amigo José, me llamó y me dijo «Oye, ya va a empezar la nueva temporada de Halcones, ¿Te acredito?» a lo que, pensando seriamente, pues venía saliendo de estar enclaustrada, temí no ser lo suficiente para adaptarme a un evento en donde iba a convivir con un buen de gente, solo dije…»Órale, ¡Va!» y así fue como él fue la primera persona que me sacó de mi zona de confort, de estar solo adentro de mi casa pensando en lo miserable que es mi vida y me colocó en un gimnasio, lleno de gente y no solo eso, haciéndome escribir sobre deportes, que definitivamente era algo que necesitaba para despejar mi mente.
Y se dio la primera temporada del regreso a la ciudad del baloncesto profesional y yo logré salir por unas semanas, de mi encierro, tanto físico como mental.
Pero este año, este año 2022 fue lo que más me ha marcado. Se hizo por primera vez el equipo de «Halcones Femenil» y para mí, este primer equipo profesional de baloncesto femenil, fueron todas unas campeonas.
No puedo expresar con palabras lo que significaron para mí. El verlas jugar cada dos semanas, era una fecha que ansiaba llegara y que casi casi hasta contaba los segundos para poder verlas jugar. Si bien estando en la cancha con mis compañeros de prensa detrás, llegué a escuchar muchas, pero muchas expresiones misóginas, machistas y un montón de cosas más, eso paso a segundo término.
Recuerdo que, en un partido al ver a Tiffany Brown y a Jordan Reynolds esa excelente dupla que hacían, me sentí empoderada, sentí como si yo también pudiera «volar», como si yo también pudiera «hacer realidad mis sueños».
Ya sé, ya sé, suena muy cursi. Mucho en realidad. Pero luego, cuando jugaron contra Adelitas de Chihuahua, el ver a las jugadoras de ambos equipos y al ver que son mujeres empoderadas y que tienen tatuajes y que les vale lo que la gente piensa de ellas, sentí que yo también podía aspirar a tener ese nivel de seguridad y autoconfianza. Ver a las jugadoras de cualquier equipo, me dio la seguridad que necesitaba para hacerme, por ejemplo, el piercing que siempre quise tener en la nariz. Obvio también me ayudó la terapia y mi psicóloga, a quien la amo por ser tan cool.
Recuerdo mucho el tatuaje de una de las jugadoras que vi en uno de sus brazos, solo que no recuerdo el nombre de la jugadora, pero es de Adelitas. Su tatuaje cita la siguiente frase «Yo soy la respuesta». Cuando lo leí fue como un ….»wow…it blows my mind!»….es una frase que se me quedó muy, pero muy, pero muy grabada, porque es cierto. Nosotros somos nuestra propia respuesta.
En terapia, cuando tenemos ataques de ansiedad, nos enseñan a concentrarnos en el presente, porque la ansiedad hace que creemos o imaginemos escenarios que pueden o no ser ciertos, pero que nos hacen crear miedos o sentimientos negativos y vagos, basados en creencias irracionales… O sea, en cosas que ni siquiera sabes si van a pasar, pero que ya las estás dando por hecho, y suelen ser cosas o escenarios catastróficos. Por eso es de suma importancia que, cualquier persona diagnosticada con ansiedad, sea cuidada por alguien cuando le dan ataques de pánico, pues, en un arrebato, puede atentar en contra de su propia vida. Créanme, he tenido esas sensaciones y esos pensamientos.
Volviendo al punto, en la terapia tienes que practicar mucho la respiración y la técnica de traer a tu mente al presente y no pensar, sólo, estar en el presente. Y en ese momento, cuando vi el tatuaje de la jugadora, pensé -«Cuanta razón tiene esta frase»- Nadie, nadie, nadie se va a meter a nuestra cabeza por nosotros, a tratar de aplacar o calmar esos pensamientos futuristas catastróficos, lo tenemos que hacer nosotros. Nadie más que nosotros. Entonces, nosotros mismos somos la respuesta.
Y desde entonces, no solo quiero hacerme un tatuaje con alguna frase que, cuando tenga un ataque de ansiedad, pueda ver y concentrarme en ella, sino que, le agradezco al deporte, todo lo que ha hecho por mí. Y sobre todo, a las jugadoras, el permitirme «soñar» de nuevo. Sin importar nuestra edad, estatura o cualquier descripción física que podamos agregar a esta lista, podemos. Pero claro que podemos hacer lo que nos venga en gana, no debemos de tener el permiso ni mucho menos la aprobación de nadie, para poder hacer de nuestra vida un papalote, como dicen las abuelitas, eso sí, sin dañar a nadie en el proceso.
Gracias deporte, gracias baloncesto, pero sobre todo GRACIAS JUGADORAS, por mostrarme su valor y a partir de ese, poderme hacer ver el mío.
Y ahora, cada vez que veo el futbol femenil o cualquier deporte femenil, créanme que me siento empoderada, segura, con confianza de que, sea lo que sea que yo decida hacer de mi vida, si ellas pueden, yo también puedo, sin importar que.